
El presupuesto de cualquier trabajo a realizar se compone de diferentes epígrafes, entre los que destaca la olvidada producción. Solemos echar el resto en la creatividad, pilar fundamental pero no único de cualquier pieza. Pero el producto final es una suma a partes iguales de teoría y práctica, de ideas y hechos, de creatividad y producción.
Los clientes suelen arañar del presupuesto en esta parte del proceso, pero la imagen que transmite la pieza está íntimamente relacionada con ella. La elegancia o irreverencia de una idea no debe perderse en el paso previo a la finalización del trabajo. Si hay que ser atrevidos, también hay que arriesgar en la parte de producción. Y, para ello, existen multitud de técnicas de acabado que aportan calidad al trabajo que estamos elaborando.
Algunos ejemplos que potencian la esencia de la pieza puede ser el plastificado mate, que Arena utiliza en sus tarjetas de visita y que aporta un tacto suave e intenso; el barniz UVI que al aplicarse en una imagen o simplemente con la forma deseada, proporciona un destello de luz por descubrir; la estampación en oro que eleva la presencia de la pieza hasta el nivel de lo etéreo; o el flocado de la portada del mes de junio de la revista bimestral Experimenta, que pone el acento en la curiosidad que despiertan las texturas. Todo un mundo de posibilidades.
Almudena Vindel
19.09.07
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