Dentro de los plastificados, existen multitud de variantes: polipropileno brillo, mate, dry brillo, dry mate, acetato brillo, acetato mate, polietileno, polipropileno dry con ventana, película gofrada, poliéster metalizado, película holográfica o película de color.
Para estos tipos de acabado, lo primero que debe hacerse es indicar claramente la cara a plastificar para evitar posibles errores. El gramaje de papel debe ser como mínimo de 100 gr/m2. No obstante, existen papeles conflictivos con los que es recomendable realizar pruebas. Estos papeles son los porosos, gofrados, perjurados y reciclados.
La impresión debe estar centrada en los pliegos de papel, de manera que existan los mismos márgenes por ambos extremos. Como mínimo deben tener 1 cm de entrada y de salida, y 0,5 cm en los costados. En los pliegos deben estar marcadas las pautas de corte. En su defecto, habrá que facilitar un pliego trazado a mano con las indicaciones correspondientes.
Siempre que sea posible, hay que evitar la utilización de polvos antimaculantes. Si su uso es inevitable, hay que hacerlo de forma adecuada, ya que el excesivo uso del mismo o un polvo demasiado grueso influye negativamente en el resultado. Aunque unos óptimos medios técnicos permiten eliminarlos en un 70%-80%, siempre que no estén incrustados en la tinta, no pueden garantizarse resultados óptimos.
Es importante respetar los tiempos de secado de las tintas antes de preparar el envío para su plastificado, y emplear tintas sólidas a los disolventes y álcais, siguiendo la norma DIN 16524. Y no se deben utilizar tintas con retardantes para el secado (tintas secas), tintas de alta resistencia al frote, lubricantes superficiales -como ceras y siliconas-, ni pastas para aumentar la resistencia al frote. Además, no hay que olvidar que el uso de tintas oro y plata puede ocasionar problemas de adherencia del plástico, es aconsejable consultar al proveedor de tintas.
Almudena Vindel
24.09.07