viernes, 1 de febrero de 2008

La tecnología LED nos ilumina


Hasta la actualidad la luz de las lámparas se generaba a base de filamentos convencionales en los que el 90% de la energía se transformaba en calor y se perdía. Sin embargo, la tecnología LED (Light-Emitting Diode) o también llamada Luz Fría se compone de dispositivos semiconductores que emiten luz cuasi-monocromática cuando se polariza de forma directa y es atravesado por una corriente eléctrica, por lo que la energía se transforma directamente en luz. En definitiva, la tecnología LED consiste en hacer brillar un cristal y el color (longitud de onda) que emite puede variar desde el ultravioleta, pasando por el espectro de luz visible, hasta el infrarrojo, que recibe el nombre de IRED (Infra-Red Emitting Diode).

Aunque sus prestaciones son intermedias entre la lámpara incandescente y la fluorescente, su uso en el ámbito de la iluminación se está incrementando ya que sus ventajas son múltiples:

Larga vida útil: en caso de utilización interrumpida los LED tienen una vida útil de unos 11 años, por lo que ya no son necesarios los repuestos, en comparación con las lámparas convencionales que sólo garantizan un uso de 60 horas. Esto trae consigo un menor consumo, y un ahorro económico y medioambiental.

Menor fragilidad: el cristal no brilla como un filamento, se encuentra dentro de una lente de plástico transparente, por lo que su resistencia es mucho mayor, incluso al agua.

Mejor disipación de energía: las lámparas incandescentes (incluyendo las de Xenon y Krypton) pierden el 90% de energía al transformarse en calor. Con el LED, la totalidad de la energía se transforma en luz.

Los LED iluminan los espacios de forma más homogénea sin bruscos contrastes ni aros de luz, lo que permite una mejor orientación y percepción de los detalles. La luz que generan es azulada (efecto "luz día"), ofreciendo una mejor visión y percepción de la profundidad y los detalles. Por todo esto, los LED se emplean con profusión en todo tipo de dispositivos de señalización, en paneles informativos, en el alumbrado de pantallas de cristal líquido de teléfonos móviles, agendas electrónicas… Y se están convirtiendo en un soporte de referencia en el ámbito publicitario.

El alto grado de efectividad de los módulos LED tiene como consecuencia hasta un 80% de ahorro de energía, en función del color, frente a los tubos de neón. Contrariamente a la luz fluorescente o de neón, los módulos LED pueden funcionar permanentemente a bajas temperaturas sin problema alguno de encendido y con una radiación de luz constante incluso hasta -25º C. Y alcanza una saturación de color considerablemente más alta que los medios luminosos tradicionales, esto supone colores más brillantes y luminosos. La estructura del LED sin filamento, ni electrodos ni tubo de cristal, disminuye el coste de embalaje en el envío y reduce también el peligro de rotura en el almacenaje, transporte y montaje.

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